¿A quíén he amado más que a ti, querida sombra?
A mí y en mí yo te he acercado, y desde entonces
Me he convertido casi en sombra y tú en un cuerpo.
Pero mís ojos aprender nunca pudieron
Por su costumbre de mirar todas las cosas
fuera de sí: tú seguirás siendo el eterno
fuera de mí ... ¡Ay, esos ojos
Que siempre a mi fuera de mi me están llevando!