miércoles, 8 de febrero de 2012

Antoni Tàpies, el pintor "extraterrestre"


-Antoni Tàpies i Puig, (Barcelona, 13 de diciembre de 1923 - ídem, 6 de febrero de 2012) fue un pintor, escultor y teórico del arte español. Uno de los principales exponentes a nivel mundial del informalismo-

El artista catalán fallece a los 88 años en su domicilio de Barcelona | La vida del pintor catalán se había ido apagando lentamente en los últimos meses.

"Tàpies era un gigante y como todo el mundo sabe, los gigantes nunca mueren". Bernard Génies, del Nouvel Observateur, marca la tónica del respeto, el recogimiento y la admiración que suscitaba Tàpies en Francia.

Entre otras cosas, por esa persistencia en el trabajo, reflejada por última vez hace justamente un año, en la que sería su última exposición, pero como siempre de "obra reciente", en la galerie Lelong, en cuya librería editorial también reinaba Tàpies, con los siete libros que firmó y los innumerables que le dedicaron a su trabajo.

Por ejemplo, los tres títulos de Jean Fremon, 65 años, codirector con Daniel Lelong y Jacques Dupin de la galería y cuya relación con el pintor catalán se inició hace más de 30 años.

En diciembre lo vio por última vez. "Su agudeza visual se reducía y recuerdo que un día me preguntó si yo notaba una diferencia entre su obra de ayer y la última. Le respondí que no. Y era sincero".

Fremon discute, por otra parte, la supuesta espontaneidad de la obra. "Tàpies pintaba con todo su cuerpo, en cuya memoria se almacenaban los movimientos, los gestos del pintor". Ayer, en la librería, el curioso podía comprobar que la longevidad creativa existe: el catálogo Repères nº 147, con texto de Pierre Wat, está íntegramente dedicado à "Nouvelles peintures d'Antoni Tàpies". Es decir, las obras expuestas entre febrero y abril del 2011.

Art'ilt blog, un blog de referencia, hablaba entonces de " un monstruo de la pintura" y encontraba "intactos la inspiración y el vigor que marcaron siempre su obra". Más aún: "si el vocabulario plástico persiste, la producción es novedosa. Porque el recurso a signos y símbolos propio de su trabajo se asocia con una impresión más figurativa".

La emisora nacional de información, France Info, insistía, ayer, en las "más de 8.000 obras creadas por un artista que no sólo marcó la pintura del siglo junto a Miró, Klee o Picasso, a quien conoció precisamente en París, sino que además se significó por un compromiso político y ético". Y lo definía como "un símbolo de la complejidad catalana, esa disputa permanente entre pasión y razón".

A su vez, Valérie Duponchelle, una de las periodistas de arte más respetadas, tituló, en Le Figaro: "Catalunya pierde a su pintor extraterrestre". Y además de señalar la proximidad de este duelo con la desaparición de Dorothea Tanning, "pintora, musa y compañera de Max Ernst" y "el trágico suicidio de Mike Kelley", subrayaba que "con la muerte de Tàpies el siglo XX español pierde a una de sus últimas figuras hisóricas".

Francia, que distinguió a Tàpies con la Legión de Honor y el 15 de junio de 1994 lo designó miembro asociado extranjero de su Academie de Beaux Arts, le dedicó una retrospectiva, ese mismo año, en el Jeu de Paume.

Otra, la última, tuvo lugar en el 2006, en el Hôtel des Arts de Toulon. Y el ministro de relaciones exteriores de entonces, ex de cultura, Douste Blazy, lo celebró, el 7 de noviembre del 2006, elevándole al rango de comendador de la Legión de Honor.

En Francia, donde como sucediera con Carlos Saura, en el cine, el activismo político distrajo a veces de la obra de artista de Tàpies, el círculo de admiradores fue sin embargo más amplio del que congrega un pintor. Tal vez por la profunda relación compartida por Tàpies y los franceses con la palabra escrita. Y con el libro.

Así, Amour de papier, uno de los sitios de bibliofilia contemporánea más consultados en la red aprovechó por ejemplo la retrospectiva de Toulon para lo que casi parecía una declaración. "No, el hombre Tàpies no es un accidente de la historia del arte actual, sino una necesidad insoslayable. La obra nos lo demuestra. Tàpies, como todo el mundo, lucha por la vida. Pero, hoy, él sabe más que nadie por qué lo hace".

Tampoco fue usual el homenaje del matutino Libération a los 80 años del artista, con un fuera de serie el 13 de diciembre del 2003, preparado con un año de antelación, cuando Antoine de Gaudemar entrevistó a Tàpies en Sant Gervasi, le regaló una suscripción al diario y le pidió que les hiciera señas cuando tuviera algo.

Así, la edición nº 7025 del diario que dirigiera Sartre se convirtió en un coleccionable gracias a once obras y un alfabeto ideados por el barcelonés, incluida una primera plana, collage entre los colores de Libération y las iniciales AT.

En las páginas centrales, Tàpies explicaba su visión de los periódicos ("la parte trágica de la Humanidad; su materia es a menudo dramática"; "un material muy expresivo y con una imagen inmediatamente perceptible entre los múltiples soportes de la pintura"), de letras y palabras ("pequeñas aclaraciones sobre la conciencia humana; ventanas entre mi universo y el mundo"), del lenguaje ("a través del cual un objeto se liga a una totalidad universal") y, en fin, de la pintura.

O más bien su pintura: "la abstracción se anuda cada vez más estrechamente a mi cuerpo y a los materiales, de lo que puede resultar un aspecto más o menos realista...Mi trabajo tiende a mostrar hasta qué punto el mundo es dolor. Y albergo la ilusión de que la pintura no sea totalmente inútil para calmar ese dolor, aliviar tanta angustia".

Con obra en el Centro Pompidou y la Fundación Maeght, Tàpies había escogido su domicilio parisino en la galería Lelong, hoy con sucursales en Zurich y Nueva York, referencia del arte contemporáneo desde 1981 y del favor del público desde que en 1988 una muestra Bacon colapsó la calle Téhéran con un millar de visitantes diarios.

Tàpies, su obra, fueron heredados por Daniel Lelong, ex funcionario convertido en abogado de Aimé Maeght y, a su través, en amigo de artistas y administrador de su trabajo a nivel internacional. Tras la muerte de Maeght, Lelong –presente en las grandes ferias internacionales y miembro del comité seleccionador de la FIAC- se separa de los herederos Maeght –los que hoy llevan la galería y la Fundación- y funda ese conglomerado de galería y editorial de arte que lleva su marca.

Y, para siempre, la de Tàpies.

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